El bitcoin, ¿la moneda del futuro?

Qué es el bitcoin

¿Que es el bitcoin? nos preguntamos hoy día muchos. Con esta moneda virtual, porque eso es lo que es, está pasando como con los drones, que ya hasta en las series de televisión y en las películas nos las encontramos un día sí y otro también. De hecho, ayer mismo me llegó la noticia de que se produjo la primera compra de un viaje con bitcoins. Un polaco y un austríaco han sido los innovadores que se han lanzado a inmortalizar su nombre en la historia del desarrollo tecnológico, y, por su parte, Destinia, el touroperador turístico, ya ha adaptado su web para que pueda usarse esta moneda como medio de pago.

Desde Estados Unidos, por otro lado, los titulares tecnológicos nos lo proporciona, cómo no, Google, empresa que cada vez se desarrolla en más frentes económicos diferentes. La banca se echa a temblar porque el gigante informático se está convirtiendo en una serie amenaa para las entidades financieras desde que en noviembre de 2013 lanzara una tarjeta de débito de prepago con el que se pueden realizar compras no solo por internet, sino también en los grandes negocios. Y encima gratis, sin cuota anual, gran caballo de batalla de la banca con este producto. La idea es que esta tarjeta Google, acceda a la aplicación Google Wallet, en la que el cliente tendrá su cartera, llena de dinerito virtual.

Hay diferentes monedas virtuales, pero, sin duda, la palma se la está llevando el bitcoin.

Y vuelvo así a la pregunta inicial… ¿Qué es el bitcoin?

Queda ya claro que se trata de una moneda virtual (electrónica) y que su empleo es el mismo que pueda tener una divisa normal como el euro o el dólar. Es decir, se usa para comprar y vender bienes y servicios. Pero entonces ¿qué la diferencia?

Básicamente, sus características que la hacen distinta, son:

  • El bitcoin no está regulado, ni centralizado ni pertenece, a ningún país en concreto.
  • No tiene intermediarios. Es decir, circula por la red, pasando directamente de unas personas a otras.
  • Es privado, lo que implica que no tienes que justificar a nadie el saldo que se tenga en bitcoins.
  • Supuestamente, es una moneda totalmente segura y fiable, dado que no puede ni falsificarse ni duplicarse.

Su sistema de funcionamiento es similar al que pueda tener una cuenta de pay pal o el propio e-mail. Cada usuario tiene una dirección pública, y un acceso privado. Esa «dirección bitcoin» es la que se da para que te hagan los ingresos, mientras que el acceso privado es el que te permitirá manejar los fondos, hacer transacciones o simplemente informarte de tu saldo.

Hay que tener claro que no es algo físico. Lo que tengamos en bitcoins es, simplemente, el valor que tendrá la cuenta bitcoin a nuestro nombre. Eso sí, dado que todas las operaciones se hacen en la red y no en un medio físico, son absolutamente públicas y están a la vista de todos. Pero no hay que tenr miedo que lo público no siempre tiene que ser malo. Es cierto que todas las operaciones quedan registradas, pero lo que nunca aparecerá será tu nombre ni ninguna identificación, por lo que aunque se vean las operaciones, nadie podrá asociarlas a nombre de nadie.

El bitcoin, internamente funciona como cualquier divisa o producto, en el sentido de que al ser algo que es intercambiable, su valor oscilará en función de la oferta y la demanda. Es decir, su cotización al cambio, varía.

Dado que los bitcoins pueden cambiarse a cualquier divisa del mundo, sean euros, dólares o rupias indias, su cotización oscila. De hecho, está siendo tal el incremento del uso de esta moneda, que su cotización respecto al dólar se ha disparado en los últimos tres meses. En noviembre pasado, por ejemplo, el bitcoin llegó a superar por primera vez en su historia los 1.000 dólares por unidad (aunque a día de hoy, 30 de enero), su cotización ha bajado hasta los 774,89 dólares.

Actualmente, hay más de 10 millones de bitcoins «pululando» por la red, aunque hay establecido un límite de 21 millones.

El futuro ya está aquí. Aunque es una frase que nos repetimos día tras día, con cambios cada vez más sorprendentes. Por lo pronto, el dinero físico ha dado un paso atrás. Pero, ¿y nosotros? ¿también nos quedamos atrás o nos unimos a la «moda bitcoin»?

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