¿Qué es la Teoría de la paridad del poder adquisitivo?
La teoría de la paridad del poder adquisitivo establece que, a largo plazo, y sin considerar los movimientos de capital que puedan producirse a corto plazo, el tipo de cambio entre dos divisas estará determinado por los respectivos niveles de precios en cada uno de los países.
Este planteamiento, que prescinde de los movimientos de capital en el corto plazo –ya que éstos son a todas luces de índole especulativa y no sólo en función del nivel de precios-, tampoco considera la posibilidad de que existan restricciones en alguno de los países a la libre circulación de capitales e incluso a los intercambios comerciales con el exterior.
Estas restricciones son, por otra parte, bastante frecuentes, por intereses comerciales proteccionistas o bien con ánimo de mantener la divisa aislada de flujos no controlables por parte de las autoridades.
Para comprender mejor el proceso, supongamos que la paridad del euro con respecto al dólar se sitúa en dos euros. En ese mismo momento, un kilo de arroz tiene en España el precio de dos euros y en EEUU de un euro, convertido su precio de dólares a euros.
De ello se deduce que, por alguna razón, bien sea por costes, por causa de mayor eficiencia o cualquier otra, el mismo producto es más asequible en EEUU, o lo que es lo mismo, un ciudadano de aquel país tiene mayor poder adquisitivo que un ciudadano español. Como es lógico, y mientras los costes inherentes a la operación la hagan rentable, habrá quien esté dispuesto a adquirir el producto en EEUU, para venderlo en España con el consiguiente beneficio.
Pero vamos a analizar los efectos que derivarían de esta transacción. Para empezar, en España se produce un incremento en la demanda de dólares estadounidenses, dado que el importador español ha de comprarlos para efectuar el pago de su mercancía. Por ello, la cotización del dólar se verá empujada al alza y se generará un incremento en la oferta de mercancía en el mercado español que reducirá su precio.
Esta situación se va a mantener, al menos en teoría, hasta que los costes de transporte, aduana o cualquier otro hagan no rentable el proceso. Pero lo que está claro es que, cuando se llegue a ese punto, el dólar ya no valdrá dos euros, sino 2,10, o cualquier otro tipo siempre mayor al inicial. Por eso, tampoco la mercancía habrá conservado su precio inicial en EEUU, sino que se habrá incrementado, reduciendo el poder adquisitivo de sus ciudadanos.
Por tanto, el mecanismo ha contribuido a equilibrar a ambos países. En este sentido, partiendo de una situación objetiva de menor poder adquisitivo en un mercado sin restricciones, ésta ha conducido a la depreciación de la divisa.