La afición de la Bolsa por el doble cero

doble cero

Una de las cosas más curiosas de la psicología de los inversores es el respeto que algunos números imponen en su ánimo. Este es el caso, especialmente, de los valores de los índices bursátiles que son múltiplos exactos de 100 y 1.000.

No hay ninguna razón para que cuando el Ibex 35 está subiendo se detenga en el 7.000, el 8.000 o el número que sea, sólo porque sus dos últimos dígitos sean ceros, como tampoco lo hay si se trata del Dow Jones o de cualquier otro indicador de cualquier mercado de valores del mundo.

Tampoco existe ninguna explicación lógica que aporte luz sobre el motivo por el que las carreras alcistas de los índices se detienen en los 1.000, 8.000 o los 9.400 puntos. Las causas son más bien psicológicas, puesto que estamos acostumbrados a contar según el sistema decimal, con lo que nuestra unidad de referencia para muchas cosas es un múltiplo de 10.

En la historia de los mercados de valores hay bastantes casos en los que el doble cero ha impuesto mucho respeto a los inversores. El más notable de ellos fue cuando el Dow Jones se situó cerca de los 1.000 puntos en la década de los 60, un nivel que no consiguió superar hasta 1982.

Había razones económicas que no invitaban, precisamente, a alegrías en la Bolsa. La inflación de dos dígitos fue una característica de la economía de EEUU en la década de los 70, las dos crisis del petróleo habían hecho mucho daño a la actividad productiva y a los resultados empresariales, el abultado déficit gemelo de la economía de EEUU, es decir, un gran déficit público unido a otro igual de grande en la balanza de pagos, era algo de lo que preocuparse de verdad.

Ninguno de estos factores alentaba a que se produjeran subidas importantes en la Bolsa de Nueva York, aunque tampoco eran motivo para que se produjera el frenazo en seco que tuvo lugar.

Pero, además, muchos inversores de Wall Street consideraban que el hecho de que el Dow Jones superase los 1.000 puntos era como romper la barrera del sonido, y eso cortó de raíz todos los intentos que hubo de sobrepasar ese techo hasta 1982.

Foto Vía: Artelista.com

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