El mundo al revés: Alemania fuera del euro.
Si en pasados artículos hemos planteado los problemas que entrañan las crisis de Grecia, Irlanda o Portugal y si alguna vez se ha hablado de la posibilidad de que alguno de estos países abandonase el euro, cosa que al menos Portugal llegó a evaluar de modo más o menos visible sin llegar a considerarlo nunca muy seriamente, esta semana publican algunos medios noticias referentes a una posible salida del euro nada menos que de Alemania.
El origen de estos rumores estaría en la reunión de este fin de semana en Luxemburgo en el que se ha evaluado las necesidades helenas de financiación en unos 60.000 millones más de los ya acordados por el rescate. El rechazo de la opinión pública alemana a pagar dicha factura ha hecho que algunos analistas pongan sobre la mesa la posibilidad de que el gobierno alemán decidiera dar el puñetazo sobre la mesa.
Modestamente opinamos que alguien no le ha explicado muy bien a la opinión pública alemana que significa exactamente eso del rescate de Grecia, a parte de unos enormes sacrificios para la población de dicho país, por supuesto. En primer lugar sería necesario que alguien pusiera sobre la mesa el hecho de que rescatar a Grecia, Portugal e Irlanda supone básicamente algo tan esencial en la economía como asegurar el cobro a los acreedores de dichos países. Suponemos que tampoco se les ha informado de que dichos acreedores son mayoritariamente bancos alemanes. Por dichos motivos creemos imposible que un gobierno alemán tome una medida como la descrita o presione en favor de la expulsión del euro de Grecia, Irlanda o Portugal.
Que crear un espacio monetario común a países bastante diferentes entre ellos haya sido o no un error es algo que pertenecerá siempre al mundo de lo opinable. Que una vez creado ese ‘todo’ cualquiera de las partes pueda desentenderse de los problemas de otras partes sin consecuencias nefastas para ella misma pertenece al mundo de lo imposible. Bien lo ha demostrado el BCE con sus políticas de compra de bonos en el pasado para respaldar a las economías más débiles o con la reciente subida de tipos en interés de la propia Alemania. Cualquier solución deberá ser común y estas especulaciones están fuera de lugar.