Despacito y buena letra en Bolsa

Bolsa española

Dicen que la Bolsa suele adelantar las noticias y los momentos financieros en 6/12 meses. Siempre ha sido así. Cualquier rumor, mal o buen dato, o sentimiento económico, la Bolsa lo adelanta, de modo que siempre ha sido un buen indicador de la realidad económica que vive un país en particular y el mundo en general.

Los buenos datos económicos últimos no se ven en la calle aún (nos queda paro para mucho tiempo y crisis aún para rato) pero todo parece apuntar a que, a pesar de los dures ajustes, España parece haber tomado el buen camino para ir saliendo lentamente de esta crisis. Todavía asombra el optimismo de algunos políticos, eso sí, que pretender vender nubes cuando solo ha habido algunos datos buenos. Mejor esperar a qeu se vayan confirmando con otros, y sobre todo, a que se repitan no en un trimestre, sino en varios (es curioso que para entrar en recesión se necesiten tres trimestres seguidos de caídas, y en cuanto sale un trimestre bien, se hable de que «hemos salido de la recesión»). No, prudencia. Ante todo, prudencia.

Y eso es lo que debe marcar la Bolsa. Despacito y buena letra como siempre me remarcaba mi padre en cualquier aspecto de la vida. Y de momento, la Bolsa española que tan mal lo ha pasado en los dos años más duros de la crisis, ahora se coloca como una de las mejores bolsas europeas (ha subido en el año un 20,18%), y, lo que es mejor, como una de las que mejores previsiones tiene para lo que queda de año y el próximo apuntalada por los buenos datos que comienzan a salir de nuestra economía.

Lo mejor de todo es que a pesar de las fuertes alzas de este año, el crecimiento lo está haciendo de forma ordenada, tomándose los respiros cuando hacen falta, y apoyándose perfectamente en los soportes que poco a poco va estableciendo.

Esta semana recién finalizada ha sido la primera de caídas después de siete semanas consecutivas de subidas en los que hemos llegado a tantear el 10.000.

La pendiente de subida de la gráfica desde principios de verano quizás pueda resultar excesiva (hemos pasado de los 7.500 puntos a los 10.000) pero siempre ha sido con algunos recortes intermedios que han servido para que entrara dinero nuevo. Y ahora parece que vivimos un instante similar.

Tras superar los 10.000 lo lógico es que se recogieran beneficios y que se impusieran las ventas. Sin embargo, sigue habiendo mucho dinero de fondo.

El viernes se cerró cerca de los 9.800 puntos y todo parece apuntar a que en estos días podríamos irnos a buscar el tapar el hueco que se dejó en torno a los 9.500 puntos. El siguiente nivel de caída estaría en el apoyo en la directriz alcista, sobre los 9.200 puntos. Sin embargo, y dado que hay bastante dinero de fondo esperando entrar, y sobre todo, muy buenas expectativas, salvo noticia mala inesperada, lo más probable es que se contente con los 9.500 puntos si es que se produce una mayor recogida de beneficios.

Sea como sea, sigue siendo buen momento para entrar en los valores de nuestra Bolsa. Pero como dice el titular: «despacito y buena letra». Valores fuertes y con buenas perspectiva hay en nuestra Bolsa como para no cometer el error de meternos en chicharros solo para ganar un buen pelotazo.

De algo nos tiene que haber servido la crisis. Al menos, para aprender a no correr detrás del dinero y ganar lo más rápido posible.

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