Las cédulas hipotecarias, qué son y para qué sirven

inmuebles

Es un hecho perfectamente claro que las entidades financieras han emprendido campañas para captar pasivo ante la necesidad de contar con financiación en un entorno de cierre de los mercados interbancarios. Hemos visto emisiones de bonos, bonos convertibles, obligaciones subordinadas, depósitos estructurados, depósitos con alta remuneración, pagarés con altos intereses, etc. Lo cierto es que los ciudadanos tienen cada vez menos dinero por lo que los depósitos ordinarios en banca vienen cayendo desde hace tiempo. Al no poder financiarse en los mercados el volumen de negocio de los bancos se reduce.

Entre las diferentes ofertas que hemos podido ver hay una que merece una consideración especial: las cédulas hipotecarias ¿Qué son exactamente?

Básicamente estos instrumentos financieros son bonos del emisor (el banco) pero con una garantía suplementaria respecto a los demás bonos, la garantía es el cobro contra préstamos que dicha entidad tiene contra terceros garantizados a su vez por hipotecas. Es decir, la garantía no es en sí misma hipotecaria, no adquirimos ningún derecho sobre dichos inmuebles, lo que sucede es que el dinero que el banco obtuviera mediante la ejecución o el cobro ordinario de las hipotecas que ha emitido estaría destinado en lugar preferente a pagarnos en tanto que seríamos acreedores de dicho banco por una determinada cantidad garantizada por la cédula hipotecaria.

Así pues esta inversión cuenta con una ventaja respecto a otras que es la seguridad que otorga en el cobro pues mientras el banco pueda seguir cobrando o ejecutando los créditos hipotecarios que tenga el inversor seguiría cobrando incluso si el banco estuviera en quiebra.

Para los bancos la ventaja de este tipo de bono es que suelen emitirlo a largo plazo y les permite reinvertir el dinero en conceder créditos, sobre todo hipotecarios, a largo plazo. Uno de los problemas con que los bancos se han encontrado en el transcurso de esta crisis es el hecho de que las hipotecas que han concedido lo son a largo plazo, en tanto que los créditos que han solicitado son a corto. La principal desventaja que puede tener una inversión así es que la cédula, al ser a largo plazo, en un mercado alcista se vendería muy barata.

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