La base del rendimiento bursátil

Hace ya cerca de dos décadas, en 1992, dos investigadores americanos de fama mundial, Eugene Fama y Kenneth French, descubrieron, gracias a estudios estadísticos, la existencia de dos variables que son la base de los rendimientos bursátiles. Los resultados de su investigación, efectuada sobre el mercado bursátil americano entre 1963 y 1990, han sido corroborados por otras Bolsas del mundo y otros periodos.

La primera de esas dos variables puestas en evidencia por Fama y French es la relación valor contable/valor de mercado (‘book to market’ en inglés). Esta relación representa la división entre el valor contable de los fondos propios de una empresa (que se puede encontrar en el pasivo del balance) y la capitalización bursátil (cotización de la acción multiplicada por el número de acciones en circulación).

Se trata de la fórmula inversa a la relación precio o cotización de la acción/valor contable por acción, que utilizan normalmente los profesionales de las finanzas (su abreviatura es P/VC, que significa, en inglés, price/book value). En este sentido, la relación de los rendimientos bursátiles es la siguiente: cuanto menor es la relación P/VC, mayor será el rendimiento esperado de la acción; y a la inversa, cuanto más elevada sea la relación P/VC, menor será el rendimiento esperado de la acción.

Por otra parte, el tamaño de la empresa es la segunda variable descubierta por Fama y French. En este sentido, conviene destacar que el tamaño de una compañía se mide simplemente por su capitalización bursátil.

Así, la relación con los rendimientos bursátiles es la siguiente: cuanto más grande sea el tamaño, menor será el rendimiento esperado de la acción. Por consiguiente, estadísticamente y en un periodo de tiempo largo, para realizar rendimientos superiores a la media bursátil el inversor deberá optar por acciones de empresas de tamaño modesto y de P/VC bajo.

Foto Vía: Alison N. Nitti

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